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miércoles, 25 de marzo de 2015

Desinterés de Kawasaki y Mitsubishi por el gran concurso de submarinos australianos que lideran

Las empresas japonesas Kawasaki Heavy Industries y Mitsubishi Heavy Industries han sido calificadas por expertos del sector como las mejor posicionadas para hacerse con el mayor contrato militar de la historia de Australia: su futuro programa de submarinos. valorado en 50.000 millones de dólares australianos a lo largo de toda su vida operativa (más de 35.800 millones de euros al cambio actual). Sin embargo, ambas compañías están mostrando un llamativo desinterés por este concurso al que el mes pasado fueron invitadas a competir junto a las opciones presentadas por Alemania y Francia.

Los representantes de Kawasaki y Mitsubishi, que a priori mostraron su interés de optar al programa con submarinos de la clase Soryu, han rechazado una invitación para asistir esta semana a una reunión de altos funcionarios navales y políticos australianos denominada Cumbre sobre el Futuro Submarino de Australia, que comienza este martes y acaba el jueves, 26 de marzo.



Japan Times destaca en su edición de este lunes el contratiempo que este desinterés supone para la recién estrenada agenda de defensa del primer ministro Shinzo Abe, que tras décadas de prohibición de exportación de armamento japonés trata de impulsar la presencia de sus empresas militares en el mercado internacional.

Precisamente el largo periodo en el que estas compañías han estado recibiendo únicamente pedidos domésticos puede explicar su escaso interés por hacer negocios en el extranjero. Japón se impuso un obligado aislamiento tras la Segunda Guerra Mundial, un conflicto que dejó una honda huella en el país y que incide en la visión de “mercaderes de la muerte” con el que internamente podrían ser vistas las empresas que comercialicen armamento con el exterior, según muchos expertos.

Un alto funcionario del Ministerio de Defensa lo explica al afirmar que la obtención de “acuerdos en el extranjero pasa por el desarrollo de contactos con otros gobiernos o la búsqueda de cooperación con empresas del exterior, y eso es un poco demasiado para ellos [la industria militar japonesa], así que se están frenando”, según cita Japan Times, que no revela la identidad de su interlocutor.


Una versión del buque clase Soryu, favorita

Australia y Japón suscribieron el pasado junio un acuerdo de cooperación en tecnología militar que había alimentado la mayor inclinación de Canberra por adquirir finalmente una versión de 4.000 toneladas de la clase Soryu (en la foto) para reemplazar a su flota de seis sumergibles de la clase Collins (imagen inferior).

Frente al desinterés mostrado ahora por las empresas japonesas, la alemana ThyssenKrupp y la francesa DCNS, que son las otras dos contendientes llamadas por Australia al concurso, han expresado un gran interés en este programa que les llevaría, tanto a uno como a otro, a construir los buques en suelo Australiano de resultar ganadores, según han anunciado.


Más de medio centenar de naves construidas desde 1956

Japón lleva construidos más de medio centenar de submarinos de ocho clases distintas desde que en 1956 reiniciase los programas de este tipo de buques tras un parón de once años que siguió al fin de la Segunda Guerra Mundial –antes de ese periodo había fabricado otras 230 naves–. Esta experiencia detrás de la nueva clase Soryu explica que sea considerado como uno de los mejores sumergibles del mundo, tanto en ingeniería, como en tecnología y capacidades operativas, según un texto firmado por el antiguo comandante en jefe de la Flota de Autodefensa de Japón, el vicealmirante retirado Yoji Koda y el ex comandante de la Fuerza de Submarinos Japonesa, el también vicealmirante retirado Masao Kobayashi, difundida por la citada Cumbre sobre el Submarino de Australia.

“Si Japón pudiese compartir con Australia sus conocimientos técnicos y de construcción, así como el conocimiento práctico adquirido durante décadas de operaciones de la JMSDF [organización japonesa de defensa marítima], seguramente beneficiaría a las industrias de defensa australianas y, en última instancia, ayudaría a mejorar las capacidades operativas de la RAN [Real Armada de Australia]”, añade el citado documento.


Francia y Alemania también compiten

El Departamento de Defensa de Australia anunció el mes pasado la estrategia de adquisición de su futuro programa de submarinos. En ella destacaba que su industria local necesitará trabajar con un socio internacional que le ayude a sacar adelante el proyecto, e invitaba a Francia, Alemania y Japón a participar el concurso que decidirá quién se asociará con la industria del país para el nuevo desarrollo.

Los nuevos buques deberán entregarse a tiempo para sustituir a los de la clase Collins, cuya retirada está prevista para mediados de la próxima década, y deberán completar una vida operativa que le lleve a la década de 2010 y más allá, según el documento emitido con el citado anuncio.



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