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martes, 27 de enero de 2015

Infundados rumores de cancelación del pedido portugués de aviones de transporte KC-390 brasileños

Varios medios de comunicación portugueses difundieron la semana pasada la noticia de que el ministro de Defensa portugués, José Pedro Aguiar-Branco, había anunciado que, por ahora, no se comprarán los nuevos aviones de transporte brasileños KC-390 y en su lugar se modernizarán los C-130 de la Fuerza Aérea Portuguesa. Estas declaraciones fueron realizadas con motivo del debate sobre la Ley de Programación Militar, que tuvo lugar tras la Asamblea de la República.


Diarios portugueses y alguno internacional interpretaron que el anuncio de la modernización de los seis aviones de transporte C-130 Hércules suponían automáticamente la baja de Portugal en el avión de transporte brasileño. Sin embargo, esto no es del todo correcto ya que la modernización estaba planificada hace varios años y se aplicará a los tres aviones de transporte C-130H y otros tres C-130H-30 con fuselaje alargado con que cuenta Fuerza Aérea de Portugal. Estos veteranos aviones podrán así operar en el espacio aéreo europeo sin limitaciones, ya que dispondrán de nuevos equipos de comunicaciones y de navegación que les permitirán estar en servicio hasta 2030, fecha en la que posiblemente llegarían los KC-390. 

No se habría descartado así la compra de los dos aviones, sino que, todo apunta, la adquisición se realizará más adelante, ya que incluso se firmó una Letter of Intention (LOI) entre el gobierno portugués y el brasileño, existiendo participación industrial por parte portuguesa y la intención de firmar la compra de los seis aviones en 2018 dados los presupuestos disponibles. El ministro portugués asistió igualmente a la ceremonia de presentación del avión el 21 de octubre en Sao Paulo. Aguiar-Branco anunció, además, la cancelación de los helicópteros NH90 por los elevados costes previstos para los próximos años, confirmó la finalización del programa Pandur después de la resolución del litigio con General Dynamics y recordó el retraso en la construcción de buques para la Marina Portuguesa. Se considera más importante reemplazar el fusil de asalto G-3 en servicio y construir otros dos buques de patrulla oceánica (Navios de Patrulha Oceánicos o NPO) de la clase Viana do Castelo. Con estas medidas se pretende ahorrar 1.300 millones a los contribuyentes portugueses. 



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