Los astilleros canadienses Irving Shipbuilding Inc han obtenido del gobierno de ese país un contrato de 2.300 millones de dólares canadienses (más de 1.600 millones de euros) para la construcción de seis buques patrulleros oceánicos árticos (AOPS, por sus siglas en inglés).
La construcción del primer bloque destinado a la primera unidad de la nueva serie de patrulleros está programada para el próximo verano, mientras que la producción total se iniciará en septiembre, si no hay contratiempos. La entrega del primer buque de esta clase, la HMCS Harry DeWolf, se espera que tenga lugar a lo largo de 2018.
El contrato marca el inicio de la fase de fabricación de la Estrategia Nacional de Adquisiciones de Navales (NSPS, siglas en inglés), del que hasta el momento ya se han beneficiado cerca de doscientas empresas del país, según el Ministerio de Obras Públicas y Servicios Gubernamentales canadiense.
La NSPS prevé un desembolso total de 35.000 millones de dólares canadienses (más de 24.800 millones de euros al cambio actual) para la adquisición de cerca de 150 buques destinados a su Armada y distintos organismos gubernamentales durante los próximos 20 años. En concreto, se trata de 28 grandes buques, 21 de ellos de combate, más otros 116 barcos de menor tamaño.
Analistas de la industria citados por el Ministerio de Obras Públicas estiman que los proyectos de construcción naval de la NSPS crearán 15.000 puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, y generarán 2.000 millones de dólares canadienses al año (más de 1.400 millones de euros).
Un programa de 2.500 millones
En cuanto al programa de buques AOPS, se le estima un coste total de 3.500 millones de dólares canadienses (más de 2480 millones de euros), ya que además de los costes de diseño y construcción también se contemplan las operaciones de la oficina de proyectos, una provisión para gastos de infraestructura (por ejemplo, para los muelles donde estarán basadas las naves) y el apoyo y los repuestos iniciales necesarios.
Los futuros buques de la clase DeWolf estarán equipados con los más modernos sensores y podrán operar con los nuevos helicópteros navales Cyclone, a los que además brindarán apoyo. Estos barcos operarán junto con otras capacidades de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Costera canadienses. Las naves cumplirán un papel clave en la protección de la soberanía marítima de Canadá en el Atlántico, el Pacífico y el Ártico.
Para ello los barcos estarán preparados para navegar en aguas con un espesor de un metro de hielo, su autonomía llegará a los cuatro meses y sus capacidades de mando, control y comunicaciones le permitirán intercambiar información con los Centros de Operaciones de Seguridad Martítima de las Fuerzas Armadas Canadienes en tiempo real. También dispondrán de avanzados radares de búsqueda y superficie y de un cañón entre su armamento.
Fuente: http://www.infodefensa.com/
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